domingo, 9 de mayo de 2010
Pequeñas Maravillas 2 y 1/2
"tenemos en nuestras manos la posibilidad extraordinaria de cambiar el mundo, a la manera de Rimbaud, cuando nuestras figuras y visiones dejan de ser estereotipadas. Otra música, una forma diferente de escribir y de mirar surge cuando nos rebelamos contra lo obvio y buscamos lo singular, eso maravilloso que puede latir en el más humilde de los vasos".
Con estas magníficas palabras (que podrían ser grabadas en la piedra del dintel que diera paso a un nuevo visible, dejando atrás el atolondramiento y dormidera actual) finaliza el “maravilloso” texto crítico Fernando Castro Flórez sobre la obra que expone Chema Madoz en la Galería Moriarty, Madrid, mayo de 2010. Lo titula “Madoz en el país de las maravillas”.
Desde que Alicia recorrió ese país, algunos hemos quedado parasiempre, maravillados.
Y no bebemos en la taza contemporánea que ha creado Palomera (foto de abajo), que aunque maravillosa, necesitamos el fondo además de la forma, y esta prodigiosa obra, carece de fondo, como el hombre contemporáneo.
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